Hay muchos eventos que marcan la vida de las personas; sin embargo, pocos definen tanto a una persona como el salir de la casa de sus padres. Crecer es un acto inevitable y como dice un dicho “los hijos no son de los padres, son de la vida”; por lo tanto, el dejar las alas de papá y mamá y enfrentarse al mundo es un paso gigante en la vida de un hijo y también de los padres, aunque para ellos sea más sencillo pues en su momento pasaron por la misma situación.
Mudarse es una decisión necesaria que a veces trae algo de nostalgia; no obstante, las lecciones que te dará esta decisión y las cosas buenas y sorprendentes que te sucederán son tantas que ni siquiera pueden contarse con los dedos. Tendrás que saber cómo ganar dinero por ti mismo, sobrevivir sin ayuda, desahogar tus problemas cotidianos con la almohada; estarás convirtiéndote en un adulto independiente sin darte cuenta.
Definitivamente si hay algo que te hará crecer mental y emocionalmente será decirle adiós a tu hogar de toda la vida para darle la bienvenida a tu nuevo hogar, permanente o temporal. Nueva vida, nuevo tú y nuevo regalo de completa independencia.
Te acostumbrarás a llevar registro de todo
¿Sabes cuándo hay que pagar el servicio eléctrico o del agua? ¿Cuándo viene el camión de la basura? ¿Cuándo hay que pagar la cuota del coche? Pues es necesario que lo recuerdes si no quieres pagar más de la cuenta, recuerda que ahora eres tú el que tiene que realizar todos los pagos. Lleva un registro de todo lo necesario, pues no querrás arriesgarte a olvidarlo.
Aprenderás a amar más a tus padres:
Aunque seguramente te sentirás aliviado de no tener que comunicar cada uno de tus planes, el hecho de no tener esa presencia constante de tus padres y además vivir en carne propia todos los sacrificios que hay que hacer para mantener un hogar de pie harán que tu amor por ellos se agrande muchísimo más. Los valorarás más, los entenderás con más facilidad y si sentías que tu amor era infinito, ahora te darás cuenta que algo de ausencia hace que las personas se vuelvan más queridas.
Te darás cuenta que las cosas no se realizan solas
Recuerdas como cada vez que se acababa la leche para el cereal, esta mágicamente aparecía el día siguiente, pues ahora te tocará a ti hacerla aparecer. Ser el sustento de tu casa hará que te sientes muy útil y totalmente capaz de hacer cualquier cosa, también hará que aprendas a hacer cosas nuevas y disfrutes de lo más cotidiano como el ir a un mercado y encontrar frutas frescas o poder disfrutar de un café en la mañana.
Socializarás más
Conocer nuevos amigos que no sepan tu historia y empezar a querer a más gente fuera de tu entorno familiar te hará crecer como persona. Vivir solo hará que tengas la necesidad de tener contacto con los demás y por eso, vivir solo te ayudará a superar el miedo a socializar, te dará más confianza y te motivará a fortalecer esa segunda familia que estás construyendo.
Ver a tus padres tendrá un toque especial único
No es lo mismo comer pizza todo el día, todos los días, a comer una buena pizza cada ocasión especial. Comer algo todo el día y cada día hace que lo extraordinario pase a ser muy común y ordinario, eso pasa con la familia.
Antes quizás estabas cansado de ver a tus padres a diario y buscabas salir de casa con amigos; ahora buscarás dejar tu vida para visitar a tus padres de vez en cuando. El hecho de no verse todos los días, hará que cada vez que se vean sea muy especial.
Estarás completamente orgulloso de ti mismo
Cuando veas todo lo que has logrado en tu tiempo de independencia te sentirás tan orgulloso de ti mismo que ese momento no puede ser descrito con nada. Hay pocas cosas tan buenas como darle un buen uso al dinero que te has esforzado ganando, tu libertad financiera y de vida harán que todos los méritos caigan en ti y que tu orgullo se dispare hasta el cielo.
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